martes, enero 10, 2012

La agricultura 2.0


En el año de 1987 la Organización de Naciones Unidas planteó el desarrollo sostenible en vista del carácter globalizante que estaban tomando los problemas ambientales y el interés creciente por parte de los países miembros en aplicar políticas que permitieran un crecimiento ambientalmente viable, en cierta forma para corregir los errores que hasta ese momento se habían cometido.  Pero desde ese manifiesto hasta nuestros días poco realmente se ha hecho, básicamente porque el petróleo y el carbón, tal vez los mayores contaminantes con los que contamos, siguen siendo la principal fuente energética en el mundo.  Esto aunado al hecho que hay una confusión de conceptos graves (sostenibilidad no es igual a hippismo, biotecnología no es igual a Godzilla), a una prensa cada vez más opinadora y menos informativa (los medios se preocupan cada vez más de las “tendencias” antes que de la verdad), y al simple hecho que las recetas ambientales funcionan solamente para aquellos que tienen resueltas todas sus necesidades básicas (es insensato pedirle a una persona que se muere de hambre y no tiene un techo que lo cobije que se preocupe por proteger el medio ambiente), es que nos damos cuenta que estamos metidos en un serio problema.

Pero se preguntarán ¿qué es desarrollo sostenible?. El concepto de desarrollo sostenible es satisfacer plenamente las demandas económicas, sociales y ambientales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, claro está estableciendo un equilibrio entre los tres entornos antes mencionados.

Y si se hicieron la primera pregunta, la siguiente cae de madura ¿qué es biotecnología?. Es la rama de las ciencias aplicadas basada en la Biología que por medio de cualquier aplicación tecnológica utiliza sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados, para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.

Es posible que debido a no tener estos conceptos claros, en algunos medios de comunicación y ciertos círculos sociales haya ocurrido una confusión con respecto al supuesto antónimo entre sostenibilidad y biotecnología, poniendo como argumento base el tan mentado tema ambiental. Es lo que ha acontecido en el caso de la agricultura orgánica, tan publicitada últimamente como solución alternativa a la coyuntura actual, en la que tenemos demandas sociales y económicas con altos índices de insatisfacción, pero que debido a que los productos que esta produce tienen muy bajos rendimientos a muy altos precios, se vuelve totalmente inviable como remedio global. La agricultura orgánica como la conocemos hoy en día resulta ineficiente para solucionar los problemas alimentarios actuales, porque para satisfacer dichas necesidades requeriría de una mayor cantidad de tierras para su producción, lo que causaría a su vez por decante una mayor deforestación, siendo a la larga nociva para el medio ambiente.
La agricultura convencional, que es la que satisface el 95% de las necesidades mundiales, produce un mayor rendimiento y una rebaja considerable en el precio de los productos, pero en la mayoría de los casos atenta directamente en contra del medio ambiente por el uso que hace de pesticidas y herbicidas,  que son los que hacen posible su alta producción.
En este sentido, según los que están a favor de la producción y comercialización de los cultivos de Organismos Modificados Genéticamente (u OMGs), estos contribuyen a disminuir la contaminación ambiental en el planeta no solo por el menor uso de pesticidas y herbicidas, con una  reducción promedio del 40% sobre estos,  sino también en el consumo de combustible fósil destinado a labores agrícolas por el mismo motivo, teniendo como adicional el incremento en la rentabilidad de las tierras (en el caso de  maíz amarillo duro entre 1.8 a 4.5 veces, según los especialistas).  Bajo este mismo principio también se verían beneficiados los consumidores, ya que al reducirse los costos de producción, se dispondrían de una mayor oferta de alimentos a menores precios.
Algo que se dice solo en ámbitos científicos, ya hablamos al principio de este artículo acerca de los medios de comunicación y sus “tendencias”, es que  ambos tipos de agricultura no son excluyentes sino, más bien, complementarios y con objetivos económicos y sociales distintos.  Mientras que la agricultura orgánica debería apuntar a los mercados internacionales, que son los que pueden pagar los sobreprecios, la agricultura transgénica debería fortalecer la seguridad alimentaria y la inclusión social por sus costos menores y facilidades técnicas, debiendo enfatizar que si bien esto no garantiza acabar con la pobreza, si debería hacerlo con la desnutrición.
Pero hablamos en supuestos por lo que se expone a continuación.
Uno de los problemas que actualmente sucede con las donaciones alimentarias  provenientes del USAID, PMA y organizaciones europeas para Centroamérica,ha sido que dichas donaciones son acusadas de presentar un alto porcentaje de OMGs, haciendo que las organizaciones contrarias a estas obliguen a sus gobiernos a hacer declaraciones al respecto.  En Nicaragua, la ley 705 que lleva por nombre  “Ley sobre prevención de riesgos provenientes de organismos vivos modificados por medio de biotecnología molecular” y que data del año 2010,  es el parapeto legal que hasta el momento  sirve como freno a la entrada de transgénicos en este país apoyada principalmente por la Alianza por una Nicaragua Libre de Transgénicos, que es una coalición que está conformada por las ONGs Centro Humboldt, Centro Nicaraguense de Derechos Humanos (CENIDH), Centro de Información y Servicio de Asesoría en Salud (CISAS), Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias (FENACOOP), Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (LIDECONIC), Programa Campesino a Campesino, Servicio de Información Mesoamericana sobre Agricultura Sostenible (SIMAS), Unión Nacional de Productores Asociados (UNAPA), Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA) entre otros.
Las alternativas que sugieren estos grupos es acomodar la agricultura actual bajo los parámetros de la agricultura orgánica, que como hemos explicado a lo largo del artículo solo sirve para elevar los costos de producción aumentando la tensión en el que vendría a ser el eslabón más débil de la cadena : los agricultores.
Y es así que al final, terminamos con el problema de siempre con un adicional crítico: agricultores más pobres, pero ahora con alimentos encarecidos; sombrío futuro el que se nos avecina.

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