martes, setiembre 27, 2011

La soñada libertad

"El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural"  -Thomas Jefferson-
Las referencias a la libertad son innumerables, y ha sido de forma tácita el motivo de toda discusión humana, ya que al final no importa como comencemos un debate siempre terminamos tomando una postura rebelde frente a la sensación de opresión o de coacción. La libertad es un ente globalizador que afecta cada una de nuestras facetas de manera directa, y a la vez es tan frágil y difusa, que podemos vivir con la ilusión de tenerla y haberla enajenado hace mucho tiempo. Es por esto que la libertad debe ser uno de los conceptos más difíciles de definir y comprender en toda su magnitud, porque se necesita la conciencia cabal de su existencia para poder hablar de ella; esto quiere decir que la libertad necesita del conocimiento para ser definida a diferencia de la independencia que puede ser detectada simplemente con el instinto. Basadre propugnaba que solo el hombre culto es libre, haciendo clara referencia a lo anteriormente expuesto. Es común entonces, sin el pre requisito del conocimiento, confundir independencia con libertad. Mientras la independencia es la o las características que diferencian a una persona de otra rompiendo cualquier relación vinculante, la libertad es la capacidad para decidir si una persona quiere o no hacer algo sin estar sujeta a la voluntad de otra. Es decir, independientemente de las diferencias normalmente no somos libres. Podemos separar la libertad en 2 estados: la libertad natural y la libertad civil, habiendo una tendencia muy marcada a confundir la libertad natural con la libertad civil. La libertad natural es aquella que tienen los animales en estado salvaje, en la cual definen la propiedad por la fuerza del deseo, yo lo quiero yo lo tomo. En cambio, la libertad civil, es aquella que el hombre ha creado para mantener cohesionada la sociedad, es decir, es la búsqueda de la potenciación del grupo para obtener bienes comunes. Es por esto que mientras los logros de la libertad natural son conseguidos a partir del tamaño de los músculos, garras, colmillos o camuflaje; los logros de la libertad civil se consiguen a traves del entendimiento y la tolerancia de cada uno de los miembros de la sociedad, siendo esta la diferencia sustancial entre una jauría que sigue los instintos y humores de su miembro alfa, y un grupo humano pensante. Pero nunca ha sido sencillo explicar las bondades de esta libertad civil a un humano que constantemente añora ese salvajismo anterior en el que toma lo que le venía en gana, si no moría antes en el intento. La razón a esta renuncia a la libertad natural por la libertad civil, se da como medio para la preservación de la existencia respetando el principio de propiedad. En otras palabras, para poder crear la sociedad o "sistema" el hombre renuncia a esa libertad natural obteniendo garantía que su vida , en primer lugar, y su propiedad, en segundo, serían protegidos por el antes mencionado sistema, el cual se encargaría de regular que todos tuvieran algo y nadie mucho para evitar que el sistema se vuelva favorable al que más tenga. Suena bonito, ¿no?. Si uno observa a las hormigas o a las abejas, vemos como estas especies entendieron que solas eran un blanco fácil y estaban condenadas a la extinción; pero juntas tenían mayores probabilidades de vivir y perpetuar su especie. Pero para hacer que su sistema funcione deberían primero separar a sus miembros por clases y entregarle el poder a un líder que entienda las necesidades del grupo y aplique los correctivos necesarios sin ir en contra de la voluntad general. Todo perfecto, emulamos el sistema instintivo de ellas al ser nosotros también un blanco fácil y, estando solos, condenados a la extinción. El problema se inicia cuando aparece nuestra naturaleza humana y nos damos cuenta que podemos sacar partido de esto. Podemos aprovechar que pertenecemos a tal o cual clase para apropiarnos de lo que no nos pertenece y decidimos por quien no debemos decidir. Rompemos el balance necesario para una convivencia pacífica y justa, y convertimos con esto al soberano en un reyezuelo que cree tener un origen "divino" para poder explicar las prepotencias y goyorías de él y sus allegados frente al resto. Y es aquí donde nuestra realidad dista mucho del cuento de hadas que solemos contar. Nosotros iniciamos la sociedad buscando perpetuar nuestra especie porque no eramos lo suficientemente rápidos ni fuertes ni grandes ni pequeños ni flexibles ni duros para sobrevivir sin contar el uno con el otro. Pero lamentablemente nuestro egoísmo y nuestro egocentrismo siempre pudo más. La base de la libertad civil son el respeto a la vida, a la propiedad, y a la creencia. En dos palabras: respeto y tolerancia. Sin esas dos palabras estamos hablando de un sistema tiránico en constante confrontación donde rige, momentaneamente, aquel que tenga mayor fuerza, mayor poder, o mayor arraigo.

1 comentario:

Moni King dijo...

cuan importante la síntesis de la libertad, que son el respeto y la tolerancia.. impecable