lunes, febrero 06, 2012

El evangelio según C


La historia no comienza (ni termina) con Megaupload, ni con Kim DotCom, ni con Anonymus ni tampoco con Facebook o con Twitter, mucho menos con Napster, ni con el Spam, ni con los virus, ni con Jobs o Gates (que ojalá algún día se ventilen por medios “oficiales”  la verdad de sus crímenes),ni siquiera comienza en Sillicon Valley.  Mucho menos comienza con Internet, aunque debo reconocer que gracias a Internet la guerra se volvió más global y pública.
Tampoco los intentos de controlar nuestras decisiones terminan  (o terminarán) con la ley ACTA o la ley SOPA, o la ley PIPA, o las escuchas a los servidores ISP, o el intento de los esbirros del sistema, los medios de comunicación convencionales, de llamar a todo aquel que use una computadora de forma más o menos inteligente “hacker”.
No señores, esto comenzó hace mucho, mucho tiempo y lo que vemos hoy no es más que su versión más moderna.  La lucha por el acceso universal al conocimiento es algo que viene de siglos atrás, pero que con la irrupción de la informática en la historia de la humanidad parece que esta se ha polarizado hasta poner nuestro universo tangible y a nuestro brand-new universo digital –o ciberespacio-  en llamas por los Nerones de nuestro tiempo:  las editoriales literarias, disqueras y distribuidoras de películas, para quienes su idílico mundo donde todo era vigilado y controlado, se cae a pedazos por esta maravilla de nuestros tiempos llamada la Internet.
No es nuevo que se quiera penar el conocimiento, ni mucho menos satanizar a los que intenten difundirlo (la iglesia católica nos ha enseñado mucho de esto durante sus 17 siglos de vida), no es nuevo tampoco que el gobierno más entrometido de la historia -con tentáculos oficiales y no oficiales en cada país del planeta- intente a través de su FBI imponer su propia ley,  a balazo limpio, cual sheriff de película del viejo oeste, para defender a sus atribuladas y, sobretodo, megabillonarias empresas, que solo entienden de copyrights y códigos cerrados o en simple español de clientes -  esclavos, de aquellos que ellas consideran son los enemigos del sistema : los “hackers”.
Para ellas los “hackers” (lo pongo entre comillas porque denominan a un cracker, un slammer o un phreaker, quienes en esencia son destructores, como hackers) como los culpables que se difundan informaciones que no se deben difundir, se escuchen canciones por las que no se han pagado, se lean libros que no se han “comprado” (entre comillas porque bajo la ley del copyright no compras, sino alquilas con permisos especiales), cuando la cultura hacker va más allá del software. Los hackers resuelven problemas construyendo soluciones, creyendo firmemente en la libertad, la igualdad, la ayuda mutua y la mejora continua, guiados únicamente por 3 principios: creatividad, inteligencia y audacia. En palabras simples, hacker es todo aquel que se atreve a ir donde los demás dicen que es imposible, buscando, nada más, mejorar.  Pero mejorar ayudando, aprendiendo y motivando.
En 1973, gracias a estos principios, Bell Labs, la división de investigación de AT&T al mando de Dennis Ritchie (tal vez, sino el más grande, uno de los grandes hackers y héroe de la informática) desarrolla, a partir del lenguaje B que había diseñado Ken Thompson (otro gran hacker), aquello que hizo posible el avance vertiginoso de la informática en los últimos años: el glorioso lenguaje C.
Ritchie, al percatarse que bajo los cánones del copyright, las potenciales aplicaciones que podían desarrollarse quedarían en nada, cede los derechos de propiedad al Massachuset Institute of Technology, o por sus siglas MIT, para  que la historia como la conocemos, suceda: aparece el sistema operativo UNIX, de lejos lo mejor que ha sucedido en la informática, apareciendo como consecuencia el protocolo TCP/IP, la unificación de las redes informáticas, los satélites de comunicaciones, el ADSL, la telefonía móvil  y todo eso que hoy conocemos.  Un simple acto que define su grandeza.
Pero como los “amos del mundo”, aquellos que siempre quieren decirnos como pensar,  no podían dejar las cosas así, quisieron evitar que ese conocimiento, y todos los conocimientos, se difundan y se compartan, y, aprovechando que ellos siempre tienen a la ley y a las autoridades de su lado, a través de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de América, ordena en el año de 1983 dividir AT&T en 7 empresas, especialmente Bell Labs, con la condición que cada una sea vendida a diferentes dueños.  ¿Cuál fue el motivo? AT&T  quería desarrollar un sistema integrado de voz y datos -¿les suena conocido?- que permitiera mejorar la interacción inter empresarial a través de las computadoras (en ese momento todavía era temprano para pensar que cada persona manejara su propia computadora), ¿Cuál fue el alegato del fiscal? Que un sistema así crearía un monopolio por parte de AT&T, lo cual era ilógico porque para ese momento C y UNIX eran libres de ser usados por cualquiera por estar sujetas a la ley del código abierto.  El motivo real era otro, el gobierno era incapaz de controlar lo que ahí sucediera y/o planeara, y,  por lo tanto, no debía existir.
Pero el desarrollo de UNIX en el MIT, junto al proyecto ARPANET y el desarrollo del lenguaje HTML por parte de la Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire o CERN, hicieron posible  que en el año de 1990 apareciera en nuestras vidas la Internet, aquella autopista de comunicaciones que hizo del mundo una aldea global. A pesar de las restricciones de los copyrights y  el código propietario, la Internet permitió que en el año 2001 se desarrollara una idea que estaba cimentada en los esfuerzos de otro gran hacker: Richard Stallman, fundador del GNU y el software libre.  Esa idea, convertida en una organización sin fines de lucro por el profesor de derecho de la universidad de Stanford Lawrence Lessig, es la licencia Creative Commons, la cual consiste en facilitar la distribución y el uso de contenidos a través de una serie de licencias, cada una con diferentes configuraciones, que permiten a los autores poder decidir la manera en la que su obra va a circular en internet, entregando libertad para citar, reproducir y modificar.  Era, y es, hacer posible la utopía de la universalidad del conocimiento, el sueño realizado de que el acceso a la cultura por fin era de todos,  y alcanzar a través de esta igualdad de oportunidades,  el deseo más sublime:  la libertad total.
Hoy en día, al igual que en 1983, el gran miedo de los grupos de poder es que el conocimiento compartido y la libertad de difusión hacen real y tangible el ideal de democracia, ya que nos devuelve a todos el poder de elegir, opinar y conocer libremente, de una manera automática y sin intermediarios. 
¿Ahora entienden lo que realmente  significa la intervención de Megaupload y la importancia de sindicar a Kim DotCom como un delincuente “altamente peligroso”?. 
¿Ahora entienden la importancia de movimientos como el de Indignados o el de Anonymous?
Los hackers no son niños robando tarjetas de crédito para comprar videojuegos, son los que hicieron posible que tu y yo podamos estar ahora dónde estamos y podamos disfrutar de todas las bondades de esta era tecnológica.  Son los que han hecho que el conocimiento sea accesible para todos y que esa “sabiduría de las masas” sea tan real hoy en día.
Es por eso que ahora , más que nunca, debemos ser concientes y estar alertas de lo que sucede y como sucede, porque está en peligro la Internet como la conocemos y disfrutamos, y es nuestro derecho defenderla,  y no porque sea  la defensa de la Internet, sino porque a estas alturas es la defensa de nuestra misma libertad.

martes, enero 10, 2012

La agricultura 2.0


En el año de 1987 la Organización de Naciones Unidas planteó el desarrollo sostenible en vista del carácter globalizante que estaban tomando los problemas ambientales y el interés creciente por parte de los países miembros en aplicar políticas que permitieran un crecimiento ambientalmente viable, en cierta forma para corregir los errores que hasta ese momento se habían cometido.  Pero desde ese manifiesto hasta nuestros días poco realmente se ha hecho, básicamente porque el petróleo y el carbón, tal vez los mayores contaminantes con los que contamos, siguen siendo la principal fuente energética en el mundo.  Esto aunado al hecho que hay una confusión de conceptos graves (sostenibilidad no es igual a hippismo, biotecnología no es igual a Godzilla), a una prensa cada vez más opinadora y menos informativa (los medios se preocupan cada vez más de las “tendencias” antes que de la verdad), y al simple hecho que las recetas ambientales funcionan solamente para aquellos que tienen resueltas todas sus necesidades básicas (es insensato pedirle a una persona que se muere de hambre y no tiene un techo que lo cobije que se preocupe por proteger el medio ambiente), es que nos damos cuenta que estamos metidos en un serio problema.

Pero se preguntarán ¿qué es desarrollo sostenible?. El concepto de desarrollo sostenible es satisfacer plenamente las demandas económicas, sociales y ambientales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, claro está estableciendo un equilibrio entre los tres entornos antes mencionados.

Y si se hicieron la primera pregunta, la siguiente cae de madura ¿qué es biotecnología?. Es la rama de las ciencias aplicadas basada en la Biología que por medio de cualquier aplicación tecnológica utiliza sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados, para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.

Es posible que debido a no tener estos conceptos claros, en algunos medios de comunicación y ciertos círculos sociales haya ocurrido una confusión con respecto al supuesto antónimo entre sostenibilidad y biotecnología, poniendo como argumento base el tan mentado tema ambiental. Es lo que ha acontecido en el caso de la agricultura orgánica, tan publicitada últimamente como solución alternativa a la coyuntura actual, en la que tenemos demandas sociales y económicas con altos índices de insatisfacción, pero que debido a que los productos que esta produce tienen muy bajos rendimientos a muy altos precios, se vuelve totalmente inviable como remedio global. La agricultura orgánica como la conocemos hoy en día resulta ineficiente para solucionar los problemas alimentarios actuales, porque para satisfacer dichas necesidades requeriría de una mayor cantidad de tierras para su producción, lo que causaría a su vez por decante una mayor deforestación, siendo a la larga nociva para el medio ambiente.
La agricultura convencional, que es la que satisface el 95% de las necesidades mundiales, produce un mayor rendimiento y una rebaja considerable en el precio de los productos, pero en la mayoría de los casos atenta directamente en contra del medio ambiente por el uso que hace de pesticidas y herbicidas,  que son los que hacen posible su alta producción.
En este sentido, según los que están a favor de la producción y comercialización de los cultivos de Organismos Modificados Genéticamente (u OMGs), estos contribuyen a disminuir la contaminación ambiental en el planeta no solo por el menor uso de pesticidas y herbicidas, con una  reducción promedio del 40% sobre estos,  sino también en el consumo de combustible fósil destinado a labores agrícolas por el mismo motivo, teniendo como adicional el incremento en la rentabilidad de las tierras (en el caso de  maíz amarillo duro entre 1.8 a 4.5 veces, según los especialistas).  Bajo este mismo principio también se verían beneficiados los consumidores, ya que al reducirse los costos de producción, se dispondrían de una mayor oferta de alimentos a menores precios.
Algo que se dice solo en ámbitos científicos, ya hablamos al principio de este artículo acerca de los medios de comunicación y sus “tendencias”, es que  ambos tipos de agricultura no son excluyentes sino, más bien, complementarios y con objetivos económicos y sociales distintos.  Mientras que la agricultura orgánica debería apuntar a los mercados internacionales, que son los que pueden pagar los sobreprecios, la agricultura transgénica debería fortalecer la seguridad alimentaria y la inclusión social por sus costos menores y facilidades técnicas, debiendo enfatizar que si bien esto no garantiza acabar con la pobreza, si debería hacerlo con la desnutrición.
Pero hablamos en supuestos por lo que se expone a continuación.
Uno de los problemas que actualmente sucede con las donaciones alimentarias  provenientes del USAID, PMA y organizaciones europeas para Centroamérica,ha sido que dichas donaciones son acusadas de presentar un alto porcentaje de OMGs, haciendo que las organizaciones contrarias a estas obliguen a sus gobiernos a hacer declaraciones al respecto.  En Nicaragua, la ley 705 que lleva por nombre  “Ley sobre prevención de riesgos provenientes de organismos vivos modificados por medio de biotecnología molecular” y que data del año 2010,  es el parapeto legal que hasta el momento  sirve como freno a la entrada de transgénicos en este país apoyada principalmente por la Alianza por una Nicaragua Libre de Transgénicos, que es una coalición que está conformada por las ONGs Centro Humboldt, Centro Nicaraguense de Derechos Humanos (CENIDH), Centro de Información y Servicio de Asesoría en Salud (CISAS), Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias (FENACOOP), Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (LIDECONIC), Programa Campesino a Campesino, Servicio de Información Mesoamericana sobre Agricultura Sostenible (SIMAS), Unión Nacional de Productores Asociados (UNAPA), Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA) entre otros.
Las alternativas que sugieren estos grupos es acomodar la agricultura actual bajo los parámetros de la agricultura orgánica, que como hemos explicado a lo largo del artículo solo sirve para elevar los costos de producción aumentando la tensión en el que vendría a ser el eslabón más débil de la cadena : los agricultores.
Y es así que al final, terminamos con el problema de siempre con un adicional crítico: agricultores más pobres, pero ahora con alimentos encarecidos; sombrío futuro el que se nos avecina.

martes, noviembre 15, 2011

La manzana de de la discordia


No debe haber hoy en día término más usado en el marketing de productos de consumo que la palabra "natural".  Y debe ser ese darnos cuenta del daño (en mi opinión irreversible) que le hemos hecho al planeta que nos hace buscar ese pedazo de paraíso perdido, de jungla no deforestada, de aire no contaminado, de bocado expiatorio que nos limpie de todos nuestros pecados, que  actualmente tengamos enfrentados por un lado a nuestro logro científico inmediato máximo, la ingeniería genética con su buque insignia: los alimentos transgénicos, y este movimiento mundial tan de moda que lucha por la defensa de todo lo que sea orgánico y natural.
Pero ¿qué es un alimento transgénico?.  Un alimento transgénico es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir las características deseadas. En la actualidad los alimentos transgénicos con mayor difusión son el maíz, la soya, la cebada, el café, el tomate, entre otros; siendo la mayoría de productos producidos por la industria alimentaria moderna hecha con una base de alimentos transgénicos.  Otro dato interesante es que entre Canadá, USA, China,  Brasil y Argentina producen el 90% de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados).
A la par de estas empresas, existen movimientos como el Greenpeace que han  hecho una lista de las empresas alimentarias que trabajan con productos transgénicos para su fácil reconocimiento llamada la “Guía roja y verde de los alimentos transgénicos” y que es fácilmente ubicable en la Internet.
El dilema, visto desde un plano lógico tiene  tres frentes de lucha: el económico, el político social y el científico; estando íntimamente ligados los tres de manera indefectible.  En el campo económico podemos hablar tanto de cultivos más baratos y por ende de alimentos más accesibles, versus el posible cártel por parte de las empresas proveedoras de semillas. En el campo político-social podemos hablar de esa corriente  nacionalista radical que busca proteger lo autóctono versus el modernismo globalizante , el complejo social - ecológico que busca preservar  intocable  y sin mácula  la tierra de nuestros antepasados  versus  la codicia voraz de las transnacionales;  el hecho que cada día somos más personas en este mundo con más necesidades, con menos espacios y menos oportunidades para desarrollarlas. En el campo científico podemos hablar de los logros alcanzados, y las proezas a alcanzar, a través de la manipulación genética, versus el cuestionamiento constante sobre los límites de la ética científica; la eficiencia  de lo artificial versus la perfección de lo natural. Y solo por dar unos ejemplos.
No hay nada más humano que temer y destruir lo desconocido, y eso abarca a los 2 puntos de vista enfrentados actualmente, por un lado  los transgénicos y el horror que causa en el ciudadano común la frase "modificado en laboratorio", y por otro la cultura  hippie  asociada a esta búsqueda de experiencias orgánicas y naturales.  Menudo dilema al que nos enfrentamos.

¿Quién puede tener razón? ¿Quién no?.  Esas serán las preguntas que deberemos responder en estos años venideros, ya que de esta decisión no solo depende  nuestra existencia como especie, sino también la preservación de ese mundo salvaje, del cual queda ya tan poco, y que es nuestra obligación proteger y cuidar.

martes, setiembre 27, 2011

La soñada libertad

"El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural"  -Thomas Jefferson-
Las referencias a la libertad son innumerables, y ha sido de forma tácita el motivo de toda discusión humana, ya que al final no importa como comencemos un debate siempre terminamos tomando una postura rebelde frente a la sensación de opresión o de coacción. La libertad es un ente globalizador que afecta cada una de nuestras facetas de manera directa, y a la vez es tan frágil y difusa, que podemos vivir con la ilusión de tenerla y haberla enajenado hace mucho tiempo. Es por esto que la libertad debe ser uno de los conceptos más difíciles de definir y comprender en toda su magnitud, porque se necesita la conciencia cabal de su existencia para poder hablar de ella; esto quiere decir que la libertad necesita del conocimiento para ser definida a diferencia de la independencia que puede ser detectada simplemente con el instinto. Basadre propugnaba que solo el hombre culto es libre, haciendo clara referencia a lo anteriormente expuesto. Es común entonces, sin el pre requisito del conocimiento, confundir independencia con libertad. Mientras la independencia es la o las características que diferencian a una persona de otra rompiendo cualquier relación vinculante, la libertad es la capacidad para decidir si una persona quiere o no hacer algo sin estar sujeta a la voluntad de otra. Es decir, independientemente de las diferencias normalmente no somos libres. Podemos separar la libertad en 2 estados: la libertad natural y la libertad civil, habiendo una tendencia muy marcada a confundir la libertad natural con la libertad civil. La libertad natural es aquella que tienen los animales en estado salvaje, en la cual definen la propiedad por la fuerza del deseo, yo lo quiero yo lo tomo. En cambio, la libertad civil, es aquella que el hombre ha creado para mantener cohesionada la sociedad, es decir, es la búsqueda de la potenciación del grupo para obtener bienes comunes. Es por esto que mientras los logros de la libertad natural son conseguidos a partir del tamaño de los músculos, garras, colmillos o camuflaje; los logros de la libertad civil se consiguen a traves del entendimiento y la tolerancia de cada uno de los miembros de la sociedad, siendo esta la diferencia sustancial entre una jauría que sigue los instintos y humores de su miembro alfa, y un grupo humano pensante. Pero nunca ha sido sencillo explicar las bondades de esta libertad civil a un humano que constantemente añora ese salvajismo anterior en el que toma lo que le venía en gana, si no moría antes en el intento. La razón a esta renuncia a la libertad natural por la libertad civil, se da como medio para la preservación de la existencia respetando el principio de propiedad. En otras palabras, para poder crear la sociedad o "sistema" el hombre renuncia a esa libertad natural obteniendo garantía que su vida , en primer lugar, y su propiedad, en segundo, serían protegidos por el antes mencionado sistema, el cual se encargaría de regular que todos tuvieran algo y nadie mucho para evitar que el sistema se vuelva favorable al que más tenga. Suena bonito, ¿no?. Si uno observa a las hormigas o a las abejas, vemos como estas especies entendieron que solas eran un blanco fácil y estaban condenadas a la extinción; pero juntas tenían mayores probabilidades de vivir y perpetuar su especie. Pero para hacer que su sistema funcione deberían primero separar a sus miembros por clases y entregarle el poder a un líder que entienda las necesidades del grupo y aplique los correctivos necesarios sin ir en contra de la voluntad general. Todo perfecto, emulamos el sistema instintivo de ellas al ser nosotros también un blanco fácil y, estando solos, condenados a la extinción. El problema se inicia cuando aparece nuestra naturaleza humana y nos damos cuenta que podemos sacar partido de esto. Podemos aprovechar que pertenecemos a tal o cual clase para apropiarnos de lo que no nos pertenece y decidimos por quien no debemos decidir. Rompemos el balance necesario para una convivencia pacífica y justa, y convertimos con esto al soberano en un reyezuelo que cree tener un origen "divino" para poder explicar las prepotencias y goyorías de él y sus allegados frente al resto. Y es aquí donde nuestra realidad dista mucho del cuento de hadas que solemos contar. Nosotros iniciamos la sociedad buscando perpetuar nuestra especie porque no eramos lo suficientemente rápidos ni fuertes ni grandes ni pequeños ni flexibles ni duros para sobrevivir sin contar el uno con el otro. Pero lamentablemente nuestro egoísmo y nuestro egocentrismo siempre pudo más. La base de la libertad civil son el respeto a la vida, a la propiedad, y a la creencia. En dos palabras: respeto y tolerancia. Sin esas dos palabras estamos hablando de un sistema tiránico en constante confrontación donde rige, momentaneamente, aquel que tenga mayor fuerza, mayor poder, o mayor arraigo.

miércoles, setiembre 14, 2011

Con el sudor de tu frente

"Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás" Génesis 3:19
Si preguntan a cualquiera el por qué trabaja, las respuestas casi siempre son las mismas, porque la vida es así, o para tener un futuro mejor, o para darle mejores cosas a la familia, o como ejemplo para los hijos, pero al final ¿necesitamos realmente trabajar tanto para eso?. Es cierto que vivimos en una sociedad de consumo que nos obliga a cambiar nuestras pertenencias en un promedio de cada 2 años sin contar casa y alimentación, lo cual, si viviendo solo resulta un problema económico serio, al tener familia esto se potencia terriblemente. Pero esto explicaría solamente una de las aristas del tema, ya que si bien trabajamos hasta el hartazgo para satisfacer nuestras necesidades, la otra razón por la cual trabajamos es por el sentimiento de pertenencia que todos tenemos. De una forma u otra cada una de nuestras facetas debe verse acogida por la insignia del grupo a la cual pertenece. Y el trabajo no es una excepción.
La religión, uno de los grupos que explica de una manera más o menos sensata las inquietudes de cada una de nuestras facetas, tiene una explicación para el trabajo también. En el caso del cristianismo en sus 2 vertientes más representativas tenemos 2 visiones bien diferenciadas; mientras en el catolicismo el trabajo es un castigo impuesto en respuesta al primer desafío a Dios por parte del hombre, el protestantismo lo convierte en el medio sublimador de los pecados cometidos, esto es, dicho en palabras llanas si eres católico el trabajo es un pagaré y si eres protestante es una nota de crédito.
Y esta pudiera ser la razón que exista en inglés, y no en español, una palabra que poco a poco se escucha con más frecuencia : "work-aholic".
La "adicción al trabajo", el intento español por no usar el antes mencionado tecnicismo inglés, es tal vez lo que mejor defina lo que entendemos por "buen trabajo" hoy en día. De forma frenética, siempre atareados, teniendo una palabra de disculpa ante cualquier posible falla, estresados, sin tiempo para nada. Y si revisan los CV´s resulta que todos son proactivos, decididos, pragmáticos, sin ningún sentimiento, sin escrúpulos, fríos, calculadores, pero siempre con la mente puesta en lo mejor para la empresa, o siguiendo nuestra línea de raciocinio, lo mejor para el grupo o equipo al cuál pertenecemos. En otras palabras si hacen algo, por más estúpido que sea, mientras obtengan el beneplácito de su jefe todo será excelente. Olvídense de las drogas, el alcohol y el sexo; la adicción de estos días y que más vidas se lleva es la del trabajo. Pasamos 10 horas en promedio sufriendo, peleando, discutiendo, amargándonos y frustrándonos y las otras 14 acordándonos de aquello solamente para ser aceptados, para que alguno de nuestros "superiores" nos mire con un atisbo de respeto. Y es por eso también, que aquel distinto, aquel diferente que no sea así (sobretodo en lo que respecta al sufrimiento) es automáticamente borrado de la lista.
Un pensamiento de tales características , es decir del tipo fanático, solo puede ser sostenido si existe el refuerzo ético y moral necesario para mirar con buenos ojos el ser un adicto al trabajo. Es por esto que a donde vayamos tenemos fotos del "empleado del mes", de solapines con nombres, de voces moduladas que nos saludan al telefono, de afiches que realzan el sacrificio, y de hojas de sugerencia que nos piden a gritos que cataloguemos el servicio. Y es así como el trabajador olvida la razón por la que fue a trabajar, es decir paga justa por la labor realizada, y termina obteniendo algo que no necesita pero que, digámoslo como es, se siente divino: Aceptación.
Es por esta "aceptación" y la tensión por obtenerla que esta nos genera, que aparentamos lo que no somos, que adulamos a los que consideramos superiores, que vayamos a almuerzos de confraternidad, que mostremos como parches de boyscouts las deferencias que tienen los superiores a nosotros; y al final creemos, tarde o temprano, que existe una confabulación universal contra nosotros, y esto al final cansa y este cansancio hace que de una forma u otra siempre tengamos una mirada tan marcadamente cancina y resignada hacia nuestros trabajos, que odiemos los lunes y veneremos los viernes, que puedas comenzar casi cualquier conversación con lo duro que es trabajar o lo odioso, inútil y déspota que son ciertos jefes, o lo facil que se la lleva tal o cual persona, o la desdicha generalizada por no ser apreciado de manera correcta, y, a pesar de todo esto nunca, pero nunca, dejar el trabajo.

miércoles, setiembre 07, 2011

Un día perfecto

Hubo una vez que me desperté temprano totalmente descansado, con la mente lúcida y los sentidos afinados, y me levanté como un resorte porque sonreí y me di

cuenta que dios estaba conmigo, y el mundo tenía colores y los pajaros cantaban lindas melodías en los arboles. Había un sol radiante en pleno invierno en

Lima y sentía que era yo solo contra el mundo, pero esta vez nada me podía detener. El tiempo alcanzaba para todo y era más feliz que nunca, desbordando

alegría a todo sitio donde iba. Cuando regresé a casa caí rendido a dormir plácidamente después de un día perfecto... al día siguiente al despertar solo

tenía una cosa en la cabeza, qué paja es el LSD!!!

domingo, agosto 14, 2011

Placer

El dulce sabor en la boca
la paz absoluta del regocijo
fluyen los rios a borbotones
huele el hedor contenido

soy el amo en este instante
como dios y el diablo
abrazados eufóricos,
saltando en un pie
bailando sin control y sin vergüenza
porque la música no para
porque las tripas crudas
saben bien.
No busco dicha
ni busco gloria
solo estar calmo
mientras pulo las imperfecciones
de esta obra
(que esta tan lejos de ser maestra)
pero la carne es tan
tan inutil,
sucia,
horrible.

Por qué no se callan las voces?
Por qué debo iniciar otra vez?
Será que no sé que esto es pecado
o será porque los pecados que más escondemos
y los que no confesamos
son los que nos dan más deleite
son los que nos dan más placer?