No debe haber hoy en día término
más usado en el marketing de productos de consumo que la palabra
"natural". Y debe ser ese
darnos cuenta del daño (en mi opinión irreversible) que le hemos hecho al
planeta que nos hace buscar ese pedazo de paraíso perdido, de jungla no
deforestada, de aire no contaminado, de bocado expiatorio que nos limpie de
todos nuestros pecados, que actualmente
tengamos enfrentados por un lado a nuestro logro científico inmediato máximo,
la ingeniería genética con su buque
insignia: los alimentos transgénicos, y este movimiento mundial tan de moda que
lucha por la defensa de todo lo que sea orgánico y natural.
Pero ¿qué es un alimento transgénico?. Un alimento transgénico es aquel alimento
obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir
las características deseadas. En la actualidad los alimentos transgénicos con
mayor difusión son el maíz, la soya, la cebada, el café, el tomate, entre otros;
siendo la mayoría de productos producidos por la industria alimentaria moderna hecha
con una base de alimentos transgénicos.
Otro dato interesante es que entre Canadá, USA, China, Brasil y Argentina producen el 90% de los OGM (Organismos Genéticamente
Modificados).
A la par de estas empresas, existen movimientos como el
Greenpeace que han hecho una lista de las empresas alimentarias que trabajan con productos transgénicos
para su fácil reconocimiento llamada la “Guía roja y verde de los alimentos
transgénicos” y que es fácilmente ubicable en la Internet.
El dilema, visto desde un plano lógico
tiene tres frentes de lucha: el
económico, el político social y el científico;
estando íntimamente ligados los tres de manera indefectible. En el campo económico podemos hablar tanto de cultivos más baratos y por ende de alimentos más accesibles,
versus el posible cártel por parte de las empresas proveedoras de semillas. En
el campo político-social podemos hablar de esa corriente nacionalista radical
que busca proteger lo autóctono versus el modernismo globalizante , el complejo
social - ecológico que busca preservar
intocable y sin mácula la tierra de nuestros antepasados versus
la codicia voraz de las transnacionales; el hecho que cada día somos más personas en
este mundo con más necesidades, con
menos espacios y menos oportunidades para
desarrollarlas. En el campo científico podemos hablar de los logros alcanzados, y las proezas a alcanzar, a través de la manipulación genética, versus
el cuestionamiento constante sobre los límites de la ética científica; la
eficiencia de lo artificial versus la
perfección de lo natural. Y solo por dar unos ejemplos.
No hay nada más humano que temer
y destruir lo desconocido, y eso abarca a los 2 puntos de vista enfrentados
actualmente, por un lado los transgénicos
y el horror que causa en el ciudadano común la frase "modificado en
laboratorio", y por otro la cultura hippie asociada a esta búsqueda de experiencias
orgánicas y naturales. Menudo dilema al
que nos enfrentamos.
¿Quién puede tener razón? ¿Quién
no?. Esas serán las preguntas que deberemos
responder en estos años venideros, ya que de esta decisión no solo depende nuestra existencia como especie, sino también
la preservación de ese mundo salvaje, del cual queda ya tan poco, y que es
nuestra obligación proteger y cuidar.
1 comentario:
Interesante!! ;)
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